Ocio y Cultura Barcelona, 20/04/2016

Con la llegada de la primavera el sol empieza a caldear el ambiente. No sé si en otras partes del mundo ocurre algo parecido, pero en Barcelona, las personas, cual crisálidas despiertan de un largo letargo invernal para convertirse en mariposas que inundan calles, parques, terrazas para disfrutar del nuevo ciclo estacional.

¿Será verdad que la primavera la sangre altera?

Los días se van alargando, y parece como si la jornada diera mucho más de sí. Cuando en invierno ya ha anochecido y es el momento de preparar la cena, hoy a la misma hora parece una buena idea dar un paseo, ir al parque o tomar un refresco, ¿verdad?

Pero, de entre todos los días primaverales, destaca uno muy especial para el pueblo catalán, el cual vivimos con mucha intensidad, se trata de la diada de Sant Jordi, el día del libro y la rosa.

Cuenta la leyenda que hace muchos años, en un castillo muy lejano, vivía un Rey que tenía una hija muy hermosa. Cerca del castillo i el villorrio que lo rodeaba había una cueva habitada por un monstruoso dragón, de larga cola, alas enormes y de un color verde oscuro que era muy feroz y malvado y se había encaprichado de la hermosa doncella. El rey estaba desesperado y pidió ayuda para matar al dragón. Para tal fin se presentó un atractivo caballero, llamado Jordi, enfundado en una brillante armadura a lomos de un resplandeciente caballo blanco que luchó contra el dragón venciéndolo finalmente y liberando a la princesa de las garras de la temible bestia. El caballero ensartó al dragón con su lanza y de las heridas que le infligió brotó sangre, que al tocar la tierra se convirtió en un hermoso rosal, una de cuyas flores el caballero ofreció a la hermosa princesa en señal de amor. Dice la leyenda que se casaron y desde entonces fueron muy felices y comieron muchas perdices.

De esta historia surgió la tradición de regalar una rosa a la mujer amada, la cual corresponde al obsequio regalando un libro a su amado.

En cierta manera, es el equivalente al día de Sant Valentín, un día dedicado al amor galante y romántico.

Las librerías exponen sus libros en la calle, en kioskos habilitados al efecto, mientras multitudes de personas recorren los tenderetes en busca de los últimos éxitos editoriales o los clásicos que año tras año vuelven a estar de moda. Las calles huelen a tinta y al perfume de las rosas expuestas. Es el anunció más claro y llamativo de que la primavera ya ha llegado para quedarse entre nosotros unos meses.

En otros lugares del mundo también se celebra la fiesta de Sant Jordi, como en Inglaterra. donde se honra a su patrón Saint George. Allí, aunque no es un día tan festivo como en Catalunya, los ingleses acostumbran a lucir sus banderas en sus casas e incluso llevan camisetas alegóricas.

También salen a la calle para realizar actividades al aire libre como mercadillos típicos ingleses, conciertos o desfiles.

Además, coincide con el nacimiento y muerte del escritor inglés William Shakespeare y el fallecimiento del escritor español Miguel de Cervantes, dos grandes celebridades literarias. ¿Cuántas coincidencias, verdad?

Patricia Teixidó

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